«Recordaré las maravillas que hizo el Señor en otros tiempos» (Salmo 77: 11).
Dediquemos un momento a pensar en algunas cosas asombrosas que Dios ha hecho. En el Antiguo Testamento envió comida del cielo (pequeños copos de maná) y separó masas gigantescas de agua para que la gente pudiera cruzar por tierra seca. Hizo hablar a un burro; agua fluyó de una roca; ranas, moscas y langostas aparecieron por su mandato. Después del cruce del Mar Rojo, puso una nube en el cielo durante el día y una columna de fuego durante la noche para que sus seguidores supieran dónde ir. Luego hizo que el aceite se multiplicara para beneficio de una viuda. Impidió que leones hambrientos devoraran a uno de sus seguidores. Protegió a tres jóvenes que fueron arrojados a un horno ardiente, de manera que cuando salieron de las llamas ni siquiera olían a humo. A través de los siglos, exaltó ciudades y destruyó a los enemigos de sus seguidores.
En el Nuevo Testamento, Jesús continuó revelando la magnitud y el poder de Dios. Milagros y prodigios llenaron sus pocos y breves años de ministerio terrenal. Alimentó a miles de personas con un puñado de comida y dictó al viento y a las olas lo que debían hacer, y lo hicieron. Cristo sanó a leprosos y echó fuera demonios. Dio vista a los ciegos, la capacidad de oír a los sordos y de correr a los lisiados. Brindó salud, esperanza y perdón sin restricciones a gente desorientada. De acuerdo con Juan, lo que leemos en los Evangelios es tan solo una muestra: «Jesús hizo muchas otras cosas; tantas que, si se escribieran una por una, creo que en todo el mundo no cabrían los libros que podrían escribirse» (Juan 21: 25).
Dediquemos un momento a pensar en las cosas que te preocupan. ¿Son tus problemas más grandes que los que tuvieron los personajes de la Biblia? ¿Acaso lo que enfrentas hoy es más difícil para Dios que lo que él enfrentó en los sucesos que narran las Escrituras? Definitivamente no. Dios sigue siendo tan poderoso y dispuesto a ayudar como siempre. Según escribió A. W Tozer: «Todo lo que Dios ha hecho en el pasado, lo puede hacer hoy. Todo lo que Dios ha hecho en un lugar, lo puede hacer aquí. Todo lo que Dios ha hecho por alguien, lo puede hacer por ti».
Ponlo en práctica: Cuando te sientas tentado a preocuparte, recuerda el poder de Dios.
Ponlo en oración: Alaba a Dios por el poder, la ayuda y la compasión que te ofrece.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2018
¿Y entonces…?
Heather Quintana
Lecturas Devocionales para Adolescentes 2018
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