Bienvenidos al estudio
sistemático de la Biblia.
Corresponde a: julio, agosto y septiembre.
El evangelio en Gálatas.
Lección 9: Para el 26 de agosto de 2017
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 4:12-20; 1 Corintios 11:1;
Filipenses 3:17; 1 Corintios 9:19-23; 2 Corintios 4:7-12.
PARA MEMORIZAR: “Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo
también me hice como vosotros” (Gál. 4:12 ( CB ) ).
COMO HEMOS VISTO HASTA AHORA, Pablo no escatimó palabras con los
gálatas. Sin embargo, su vocabulario fuerte simplemente reflejaba la pasión
inspirada que sentía con respecto al bienestar espiritual de la iglesia que
había fundado.
Además del problema teológico crucial con el que estaba lidiando Pablo, la
carta a los gálatas también muestra, de manera general, cuán importante es la
doctrina correcta. Si lo que creyéramos no fuera tan importante, si la doctrina
correcta no importara tanto, entonces, ¿por qué Pablo habría sido tan ferviente,
tan intransigente, en su carta? Lo cierto es, por supuesto, que lo que creemos
es muy importante.
En Gálatas 4:12 al 20, Pablo continúa con su discurso, aunque cambia el
enfoque, por lo menos un poco. Pablo ya presentó una serie de argumentos
detallados y teológicamente sofisticados para persuadir a los gálatas de sus
errores, y ahora hace un llamado pastoral más personal. A diferencia de los
falsos maestros, que no tenían verdadero interés en los gálatas, Pablo revela
la inquietud, la preocupación, la esperanza y el amor auténticos de un buen
pastor por este rebaño errante. No solamente estaba corrigiendo la teología;
buscaba atender las necesidades de aquellos a quienes amaba.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 25 – Durante esta semana, PR
cap. 37.
EL CORAZÓN DE PABLO
La indicación
inicial de la preocupación que pesa sobre el corazón de Pablo es su apelación
personal en el versículo 12. La apelación sigue inmediatamente después de la
insistencia de Pablo de que los gálatas se hicieran “como yo”.
Desafortunadamente, la importancia de la palabra “rogar” no se transmite
completamente en algunas traducciones. La palabra en griego es deomai. Aunque
puede traducirse como “rogar” (RVR60), o “suplicar” (NVI), la palabra griega
tiene un sentido más fuerte de desesperación (ver 2 Cor. 5:20; 8:4; 10:2).
Pablo, en realidad, está diciendo: “¡Por favor, se los imploro!”
La preocupación de Pablo no era simplemente sobre ideas teológicas ni puntos de
vista doctrinales. Su corazón estaba ligado a la vida de las personas que
habían sido llevadas a Cristo mediante su ministerio. Se consideraba más que un
simple amigo; era su padre espiritual, y ellos eran sus hijos. Pero, además de
eso, Pablo compara su preocupación por los gálatas con la ansiedad y la
angustia que acompañan a una madre en trabajos de parto (Gál. 4:19). Pablo
había pensado que su “trabajo de parto” había sido suficiente para que tuvieran
un “buen nacimiento” cuando fundó la iglesia. Pero, ahora que los gálatas se
habían apartado de la verdad, Pablo estaba experimentando esos dolores de parto
otra vez, para asegurarse el bienestar de ellos.
- ¿Qué objetivo tenía en mente Pablo para los
gálatas? ¿Qué resultado deseaba ver de sus “dolores de parto” por
ellos? Gálatas 4:19 ( CB ) .
Luego de describir
primeramente a los gálatas como formados en el vientre materno, Pablo ahora se
refiere a ellos como si fueran madres encintas. La palabra traducida como
“formado” se usaba en lenguaje médico para referirse al desarrollo de un
embrión. Por medio de esta metáfora, Pablo describe lo que significa ser un
cristiano, en el ámbito individual y colectivamente como iglesia. Ser un
seguidor de Cristo es más que solamente la profesión de fe; implica una
transformación radical a la semejanza de Cristo. Pablo “no estaba buscando unas
pocas alteraciones menores en los gálatas, sino una transformación tal que
verlos a ellos sería como ver a Cristo”.–Leon Morris, Galatians, p. 142.
¿En qué aspectos has visto que el carácter de Cristo se ha manifestado
en tu vida? ¿En qué áreas aún tienes mucho para crecer?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 26 –
Durante esta semana, PR cap. 37.
EL DESAFÍO DE LLEGAR A SER
Varias veces, en
sus cartas, Pablo anima a los cristianos a imitar su comportamiento. En cada
situación, Pablo se presenta a sí mismo como un ejemplo autoritativo que los
creyentes deberían seguir. En 2 Tesalonicenses 3:7 al 9, Pablo se ofrece como
un ejemplo de cómo deberían trabajar los creyentes de Tesalónica para ganarse
la vida y no ser una carga para los demás. En 1 Corintios 11:1, Pablo les pide
a los corintios que lo imiten al poner el bienestar de los demás en primer
lugar. La preocupación de Pablo en Gálatas parece ser un poco diferente.
En Gálatas 4:12, Pablo no les pide a los gálatas que lo imiten a él; más bien,
les pide que “se hagan” como él es; está hablando de ser, no de actuar. ¿Por
qué? El problema en Galacia no era un comportamiento poco ético o un estilo de
vida impío, como en la iglesia en Corinto. La situación en Galacia estaba
enraizada en la esencia misma del cristianismo. Tenía más que ver con el “ser”
que con el comportamiento. Pablo no estaba diciendo que actuaran como él, sino
que fueran como él. La terminología exacta de Gálatas 4:12 aparece también en
la apelación de Pablo a Herodes Agripa II, en Hechos 26:29, donde Pablo
escribe: “¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino
también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto
estas cadenas!” En otras palabras, Pablo se está refiriendo a su experiencia
como cristiano, un fundamento que descansa solamente sobre Cristo, una fe que
confía en lo que Cristo ha hecho por él y no en sus propias obras de la Ley.
Los gálatas estaban dando más valor a su comportamiento que a su identidad en
Cristo.
Aunque Pablo no dice específicamente cómo desea que los gálatas se vuelvan como
él, el contexto de la situación de Galacia indica que no era una declaración
general que cubriera todos los aspectos y detalles de su vida. Debido a que su
preocupación se enfocaba en la religión de los gálatas centrada en la Ley,
Pablo seguramente tenía en mente el maravilloso amor, el gozo, la libertad y la
certeza de la salvación que encontraba en Jesucristo. A la luz de la grandeza
extraordinaria de Cristo, Pablo había aprendido a considerar todo como basura
(Fil. 3:5-9) y anhelaba que los gálatas tuvieran esa misma experiencia.
¿Conoces a alguien (además de Jesús) que represente un buen ejemplo para
ti? Si es así, ¿cuáles son las cualidades de esa persona que son un ejemplo, y
cómo puedes revelar mejor esas cualidades en tu propia vida?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 27 –
Durante esta semana, PR cap. 37.
YO ME HICE COMO USTEDES
Gálatas 4:12 puede
parecer un poco confuso. ¿Por qué deberían los gálatas volverse como Pablo, si
él ya se había vuelto como ellos? Como vimos en el estudio de ayer, Pablo
deseaba que se volvieran como él en su fe y su confianza completas en la
suficiencia plena de Cristo para la salvación.
Su comentario de que él se volvió como ellos era un recordatorio de que, aun
siendo judío, se había hecho gentil “sin la ley”, para poder alcanzar a los
gentiles de Galacia con el evangelio. Como el gran misionero al mundo gentil,
Pablo había aprendido a predicar el evangelio tanto a judíos como a gentiles.
De hecho, según 1 Corintios 9:19 al 23, aunque el evangelio seguía siendo el
mismo, el método de Pablo variaba dependiendo de las personas que intentaba
alcanzar.
“Pablo era pionero en lo que hoy llamamos contextualización, la necesidad de
comunicar el evangelio de tal manera que hable al contexto total de las
personas a las que se dirige”.–Timothy George, The New American Commentary:
Galatians, p. 321.
Los comentarios de Pablo en 1 Corintios 9:21 indica que creía que había límites
de hasta dónde debería llegar una persona en la contextualización del
evangelio. Pablo menciona, por ejemplo, que aunque uno es libre de alcanzar de
diversas maneras a judíos y a gentiles, esta libertad no incluye el derecho de
vivir un estilo de vida sin ley, pues los cristianos están bajo la “ley de
Cristo”.
Aunque la contextualización no siempre es fácil, “siempre y cuando podamos
separar el corazón del evangelio de su cascarón cultural, contextualizar el
mensaje de Cristo sin comprometer su contenido, nosotros también deberíamos ser
imitadores de Pablo”.–Timothy George, Galatians, pp. 321, 322.
Es muy fácil comprometer los principios, ¿verdad? A veces, cuanto más
tiempo uno sea cristiano, más fácil es caer en la transigencia. ¿Por qué será?
Analízate con sinceridad. ¿Cuánto has transigido en tu vida, y cuáles han sido
las formas en que lo has justificado? ¿De qué manera puedes revertir esto en
las áreas de tu vida que lo necesitan?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 28 –
Durante esta semana, PR cap. 37.
AYER Y HOY
La relación de
Pablo con los creyentes de Galacia no siempre había sido tan difícil ni glacial
como se había vuelto ahora. De hecho, al reflexionar sobre el momento en que
predicó el evangelio por primera vez en Galacia, Pablo habla en términos
deslumbrantes por lo bien que lo habían tratado. ¿Qué sucedió?
¿Qué acontecimiento parece haber llevado a Pablo a decidir predicar el
evangelio en Galacia? Gálatas
4:13 ( CB ) .
Al parecer, la
intención original de Pablo no había sido predicar el evangelio en Galacia. Sin
embargo, algún tipo de enfermedad lo afectó en su viaje, obligándolo o a
permanecer más tiempo en Galacia de lo que esperaba o a viajar a Galacia para
recuperarse.
La naturaleza exacta de la enfermedad de Pablo está rodeada de misterio.
Algunos han sugerido que contrajo malaria; otros, sobre la base de la
referencia de Pablo a la disposición de los gálatas de quitarse sus propios
ojos y dárselos, sugieren que quizá fue una enfermedad de la vista. Su
enfermedad también puedo haber tenido relación con el “aguijón en la carne” que
menciona en 2 Corintios 12:7 al 9.
Lo que sea que estaba padeciendo Pablo, nos dice que era tan desagradable que
se convirtió en una prueba para los gálatas. En un mundo en el que la
enfermedad a menudo era una señal de desagrado divino (Juan 9:1, 2; Luc.
13:1-4), la enfermedad de Pablo fácilmente pudo haberles brindado a los gálatas
una excusa para rechazarlo tanto a él como a su mensaje. Pero le dieron la
bienvenida a Pablo de todo corazón. ¿Por qué? Porque sus corazones se habían
conmovido por la predicación de la Cruz (Gál. 3:1) y la convicción del Espíritu
Santo.
- ¿Cuál pudo haber sido el motivo por el que
Dios permitió que Pablo sufriera? ¿Cómo podía ministrar Pablo a los demás
cuando estaba luchando con sus propios problemas? Romanos 8:28 ( CB ) ; 2 Corintios 4:7-12 ( CB ) ; 12:7-10 ( CB ) .
Sea cual fuere la
enfermedad de Pablo, evidentemente era grave, y pudo haberle provisto
fácilmente una excusa, ya sea para culpar a Dios de sus problemas o simplemente
abandonar la predicación del evangelio. Pero Pablo no lo hizo. En vez de
permitir que la situación lo superara, Pablo la usó como una oportunidad para
depender más plenamente de la gracia de Dios. “Una y otra vez, Dios ha usado
las adversidades de la vida (enfermedad, persecución, pobreza, incluso
desastres naturales y tragedias inexplicables) como oportunidades para
desplegar su misericordia y gracia, y como medio para el avance del evangelio”.
–Timothy George, Galatians, pp. 323, 324.
¿Cómo puedes aprender a permitir que tus pruebas y tus sufrimientos te
ayuden a depender más del Señor? (¿Qué otras opciones tienes?)
Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 29 –
Durante esta semana, PR cap. 37.
DECIR LA VERDAD
Lee Gálatas 4:16 ( CB ) . ¿Qué argumento poderoso presenta Pablo aquí? ¿En qué sentido puedes tú haber experimentado algo similar? (Ver también Juan 3:19 ( CB ) ; Mat. 26:64, 65 ( CB ) ; Jer. 36:17-23 ( CB ) .)
La expresión “decir la verdad” a menudo tiene connotaciones negativas, especialmente en nuestros días, y puede considerarse una táctica contundente, sin restricciones ni distinción de enemigos, para presentarle la cruda verdad a otra persona, sin importar cuán desagradable o indeseada pueda ser esa verdad. Si no fuera por los comentarios de Pablo en Gálatas 4:12 al 20, y unos pocos comentarios más esparcidos a lo largo de su epístola (ver Gál. 6:9, 10), se podría concluir erróneamente que el interés de Pablo en la verdad del evangelio superaba cualquier expresión de amor. Sin embargo, como hemos visto, aunque Pablo estaba preocupado por que los gálatas conocieran la “verdad del evangelio” (ver Gál. 2:5, 14), esa preocupación surgió por causa de su amor por ellos. ¿Quién no ha experimentado personalmente cuán doloroso puede ser tener que reprender a alguien o decirle la cruda verdad que no quería escuchar, en términos simples, por cualquier motivo que sea? Lo hacemos porque queremos a la otra persona, no porque deseemos hacerle daño, aunque por momentos el efecto inmediato de nuestras palabras puede causar dolor o, incluso, enojo y resentimiento contra nosotros. Lo hacemos de todos modos, porque sabemos que es lo que necesita oír la otra persona, sin importar que no desee escucharlo.
- En Gálatas 4:17 al 20 ( CB) , ¿qué está queriendo decir Pablo acerca de aquellos a los que se opone? ¿Qué más está desafiando, además de su teología?
En contraste con la sinceridad del evangelio de Pablo, por el cual arriesga la posible ira de los gálatas, sus oponentes estaban intentando activamente ganarse el favor de los gálatas, no por amor a ellos, sino por sus propias motivaciones egoístas.
Piensa en algún incidente en el que tus palabras, aunque veraces y necesarias, hicieron que alguien se enojara contigo. ¿Qué aprendiste de esa experiencia que podría ayudarte la próxima vez que debas hacer algo similar?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 30 – Durante esta semana, PR cap. 37.
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “En las iglesias de Galacia, el error abierto y desenmascarado estaba suplantando al mensaje evangélico. Cristo, el verdadero fundamento de la fe, era virtualmente desplazado por las anticuadas ceremonias del judaísmo. El apóstol vio que, para salvar a los creyentes gálatas de las peligrosas influencias que los amenazaban, debían tomarse las más decisivas medidas, darse las más penetrantes amonestaciones.
“Una importante lección que todo ministro de Cristo debe aprender es que debe adaptar sus labores a la condición de aquellos a quienes trata de beneficiar.
La ternura, la paciencia, la decisión y la firmeza son igualmente necesarias; pero han de ejercerse con la debida discriminación. El tratar sabiamente con diferentes clases de mentes, en diversas circunstancias y condiciones, es un trabajo que requiere sabiduría y juicio iluminados y santificados por el Espíritu de Dios. […]
“Pablo rogó, a los que habían conocido una vez el poder de Dios en su vida, que volvieran a su primer amor de la verdad evangélica. Con argumentos irrefutables, les presentó su privilegio de llegar a ser hombres y mujeres libres en Cristo, por cuya gracia expiatoria todos los que se entregan plenamente son vestidos con el manto de su justicia. Sostuvo que toda alma que quiera ser salvada debe tener una experiencia genuina y personal en las cosas de Dios.
“Las fervientes palabras de ruego del apóstol no fueron estériles. El Espíritu Santo obró con gran poder, y muchos cuyos pies habían sido descarriados por caminos extraños volvieron a su primera fe en el evangelio. Desde entonces, se mantuvieron firmes en la libertad con que Cristo los había hecho libres” (HAp 309, 311).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- 1. Reflexiona un poco más sobre la cuestión del sufrimiento y cómo Dios puede usarlo. ¿Cómo lidiamos con situaciones en las que nada bueno parece haber surgido del sufrimiento?
- 2. Medita en la idea de que Cristo se forme en nosotros. ¿Qué significa esto en términos prácticos? ¿Cómo podemos saber que eso está sucediendo en nosotros? ¿De qué manera podemos evitar desanimarnos si no está sucediendo tan rápidamente como pensamos que debería?
RESUMEN: Luego de presentar una serie de argumentos detallados y teológicamente sofisticados, Pablo ahora hace un llamado más personal y emocional a los gálatas. Les ruega que oigan su consejo, recordándoles la relación positiva que alguna vez compartieron, y el amor y la preocupación auténticos que tiene por ellos como su padre espiritual.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 31 – Durante esta semana, PR cap. 37.
Autor:
Robert K. McIver creció en Nueva Zelanda y trabajó durante la mayor parte de su carrera en el Colegio de avondale, Australia, donde enseña Biblia y Arqueología. Es autor de varios libros, entre los que se encuentran The Four Faces of Jesus [Los cuatro rostros de Jesús] y Beyond the Da Vinci Code [Más allá del código Da Vinci].