En Buenos Aires del sábado 23 al 30 de abril, se desarrolló […] y así se podría continuar con una nota que sintetice datos sobre los eventos de los últimos días. Pero esta vez narraremos lo que ocurrió, desde adentro.
Lo ocurrido en Buenos Aires, estos últimos días, tocó las fibras más íntimas del corazón. Agradecemos poder vivir estos eventos y de ellos te queremos contar.
La semana comenzó ajetreada. En realidad, el mes, el año… Tener todo listo para la semana #EsperanzaViva, llevó meses de preparación. Los auditorios donde se desarrollaron las conferencias se tuvieron que adaptar y eso demandó muchas horas de esfuerzo. La iglesia de Palermo, sede de las conferencias en CABA, estuvo en reformas durante varias semanas. Miembros de Iglesia pasaron gran parte de su tiempo libre alistando todo para que la semana especial de #EsperanzaViva se desarrollara en un lugar renovado.
Las conferencias comenzaron. Cada noche se desarrollaron en horarios paralelos; dos reuniones: en el Instituto Adventista Los Polvorines con el Pr. Luis Gonçalves y en la Iglesia Adventista de Palermo con el Pr. Bruno Raso como oradores. El promedio de personas que participaron fue de 1.200 entre ambos lugares.
Durante cada noche muchas personas decidieron comenzar a conocer a Jesús. Otras decidieron continuar conociéndolo y algunas tomaron una de las decisiones más transcendentes que un ser humano puede tomar: entregar el rumbo de la vida a Dios. Como Zara que no quería seguir transitando la vida sola, triste, y el domingo 24 se bautizó. David, ya conocía a Dios, pero se alejó de su protección. Añorando la felicidad y paz que solo Dios da, ese mismo domingo en Los Polvorines, también entregó su vida a Jesús a través del bautismo.
Las invitaciones a estar más cerca de Dios no faltaron en ninguna de las noches, y las personas deseosas de que Dios sea la Esperanza Viva en sus vidas tampoco faltaron. Ver a matrimonios pasar juntos y entre lágrimas orar, pidiendo que Dios esté en su familia. Jóvenes cargando con un pasado difícil pero deseosos de entregarles esas mochilas a Cristo hizo que en varias ocasiones muchos se emocionáran y percibiéramos la presencia de Dios.
Se acercaba el sábado 30, el final de la semana con una jornada especial. En la Asociación Bonaerense todos preparados para alistar cada detalle. Las iglesias se organizaban para llegar a tiempo a la Soc. Alemana de Gimnasia, en Villa Ballester, donde se celebraron los 100 años de la organización de la División Sudamericana, que tuvo sus comienzos en Buenos Aires, cumpliendo cien años de bendiciones de Dios a su iglesia, en estas tierras.
De los invitados especiales no faltó ninguno. Fueron más de 5.000. Muchos tuvieron que levantarse temprano para estar a tiempo para alabar a Dios y vivir ese momento especial con la gran iglesia de Buenos Aires. Vos, seguramente, fuiste uno de los invitados especiales.
Escuchar a una multitud cantar el himno “En Jesucristo Mártir de Paz”, fue hermoso. En ese momento no había iglesia grande, chiquita, del conurbano, de la provincia o de la capital. En ese momento todos formaban la gran Iglesia Adventista de Buenos Aires alabando a Dios.
Arbin Lust, Juan Green, Edgardo y Eugenio Di Dionisio, Margarita Inocentis, Carlos Iuorno, Marta Isabel Rojas, Familia Tucci, Raquel Basanta y Ana de Basanta, Claudia Anfossi también fueron invitados especiales. Ellos recibieron una sencilla medalla que reconoce el esfuerzo, amor y valentía que sus familiares, pioneros en Buenos Aires, entregaron para predicar el mensaje de Esperanza.
Pero no podemos dejar de emocionarnos al recordar a Emilia Cítera Bonomo de Mulinari, María Julia Tarpinián de Dimidjián y Lucrecia Belvedere de Giorgetta, tres mujeres que entregaron su vida a Cristo hace más de 70 años. Sí, no exageramos, 70 años permaneciendo en los caminos de Dios. ¿Habrán tenido luchas? ¿Se habrán desanimado alguna vez? Quizás, pero no permitieron que nada las separe de Dios. Sin duda, una gran ejemplo.
En contraste a estas mujeres, en un salón contiguo a donde se realizaba el culto de gratitud, había más de 80 personas esperando ser bautizadas para comenzar a vivir los primeros minutos de esta nueva vida, las primeras palabras de esta hoja en blanco. En total durante toda la semana, 105 personas entregaron su vida a Dios a través del bautismo.
El mensaje central estuvo a cargo del Pr. Erton Köhler, presidente de la Iglesia Adventista para ocho países de Sudamérica, que compartía la primera fila con el Pr. Anthony Kent, líder de todos los pastores de la Iglesia Adventista en el mundo, el Pr. Carlos Hein, líder de los pastores en Sudamérica y el Pr. Luis Gonçalves evangelista de la Iglesia en Sudamérica y Pr. Bruno Raso, Vicepresidente de la Iglesia Adventista en Sudamérica.
El final del mensaje central fue la ceremonia de bautismo de 83 personas, hijos que se encontraron con su Padre celestial, 83 historias que comenzaron una nueva etapa. A esa altura ya no se podía contener el silencio, la alegría, la emoción.
No dejamos de pensar en la música inspiradora del cuarteto Adoración y de la familia Córdoba; en el video de la historia de nuestra iglesia y en como los alumnos del Instituto Adventista Florida, en un momento preciso del video, cubrieron una de las tribunas con un inmenso cartel que decía 100 años de bendiciones en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
El sábado 30 todos reconocimos la bendición de Dios durante la semana, la bendición de Dios en Buenos Aires, la bendición de Dios durante los 100 años de la Iglesia Adventista en Sudamérica.
[Eliana Villegas, Asesora de comunicación]
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